Tenga precaución al usar ciertos laxantes
Pueda que el estreñimiento no sea un tema de conversación muy correcto que digamos, pero es un padecimiento que aqueja a muchos de nosotros de vez en cuando.
La Administración de Alimentos y medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) advierte a los consumidores que algunos laxantes de venta sin receta médica (OTC, por sus siglas en inglés) a los que pudieran recurrir en busca de alivio son potencialmente peligrosos si no se atiende a las instrucciones para la administración de las dosis o a las advertencias de la etiqueta de información farmacológica como es debido, o cuando hay ciertas enfermedades coexistentes. De hecho, ha habido decenas de denuncias de efectos secundarios graves —Incluyendo 13 muertes— relacionados con el uso de laxantes de fosfato sódico.
La etiqueta de los laxantes de fosfato sódico establece que deben usarse en una sola dosis, tomada una vez al día y por no más de tres días. Y no menos importante es que los consumidores que no tengan una evacuación después de tomar una dosis, ya sea por vía oral o rectal, no deben tomar una segunda dosis del producto.
Además, la etiqueta instruye a los niños y adultos que consulten con sus profesionales de la salud antes de usar estos productos en caso de que sufran de insuficiencia renal, problemas cardiacos o deshidratación.
La FDA advierte ahora que los adultos mayores de 55 años, así como los niños y adultos que padecen ciertas enfermedades, deben consultar con un profesional de la salud antes de usar estos productos, porque pueden correr un mayor riesgo de sufrir efectos secundarios perjudiciales. Actualmente, estas nuevas advertencias están ausentes de la etiqueta farmacológica y atañen tanto a niños como a adultos:
- quienes estén tomando ciertos medicamentos que afectan el funcionamiento de los riñones, tales como los diuréticos o las medicinas para aumentar la excreción de la orina; los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), usados para reducir la presión arterial; los bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA), usados para tratar la presión arterial alta, cardiopatías o la insuficiencia renal; y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tales como el ibuprofeno;
- quienes sufran una inflamación del colon.
El estreñimiento se caracteriza por las evacuaciones esporádicas o la dificultad para defecar.
Los laxantes —tanto orales como rectales— vienen en diferentes presentaciones, con diferentes ingredientes. El fosfato sódico utilizado en algunos productos pertenece a una clase de medicamentos laxantes salinos. Esta clase de laxantes estimula la evacuación atrayendo agua al intestino, lo cual ablanda las heces y facilita su paso.
Los productos laxantes que contienen fosfato sódico se comercializan con la marca “Fleet”, y también las bajo marcas de las tiendas y como productos genéricos. Todos ellos están potencialmente relacionados con efectos secundarios graves, tales como la deshidratación o niveles anormales de electrolitos en la sangre que pueden acarrear complicaciones serias, tales como daño renal y, en ocasiones, la muerte.
¿Quiénes corren el mayor riesgo?
Según la Dra. Mona Khurana, un oficial médico de la División de Creación de Reglamentos para los Productos de Venta sin Receta Médica de la FDA y pediatra nefróloga (una doctora que se especializa en las enfermedades del riñón en los niños), el daño más serio reportado recientemente tuvo lugar luego de que los consumidores sufrieron una sobredosis al ingerir una cantidad mayor de la recomendada en la etiqueta farmacológica en una sola dosis, o al tomar más de una en un solo día porque el efecto laxante de la primera no fue eficaz.
“El asunto es que estos productos son seguros para los adultos y los niños mayores de otro modo sanos, para quienes se ofrecen instrucciones sobre las dosis en la etiqueta de información farmacológica, siempre y cuando sigan dichas instrucciones y no tomen el producto con más frecuencia ni en mayor cantidad que las indicadas en la etiqueta”, señala Khurana.
En evaluaciones recientes sobre los efectos secundarios dañinos reportados por los consumidores y por profesionales de la salud, la FDA ha identificado 54 casos de efectos secundarios graves relacionados con el uso, ya sea por vía oral o rectal, de productos de fosfato sódico de venta sin receta para el tratamiento del estreñimiento tanto en adultos como en niños. Trece de los casos fueron mortales, incluyendo un menor y doce adultos.
“Es imposible establecer la proporción exacta de estos incidentes, pues nadie sabe cuántas personas que toman estos medicamentos puedan experimentar efectos secundarios”, dice Khurana, añadiendo que “no todos los que presentan problemas relacionados con el fosfato sódico lo reportan a la FDA”.
¿Pueden administrarse estos laxantes de manera segura a niños pequeños?
“Los encargados de su cuidado no deben administrar oralmente estos productos a los niños menores de 5 años sin primero consultar con un profesional de la salud. Tanto los encargados del cuidado como los profesionales de la salud deben evitar el uso vía rectal de estos medicamentos en niños menores de 2 años de edad”, previene Khurana. “Estas advertencias contra su uso en niños pequeños aparecen indicadas en la etiqueta del producto”.
Señales de advertencia
Los consumidores que tomen estos laxantes deben estar atentos a las señales de advertencia de una reacción negativa. Por ejemplo, una dosis rectal retenida y que no produzca una evacuación puede causar deshidratación o fluctuaciones serias en los niveles de electrolitos en la sangre. Los síntomas de deshidratación incluyen boca seca, sed, reducción en la excreción de orina y mareo, sobre todo al cambiar de posición. Si la dosis rectal se retiene en el cuerpo por más de 30 minutos, debe contactarse a un profesional de la salud de inmediato.
Entre los síntomas de daño renal están somnolencia, aletargamiento, una disminución en la cantidad de orina, o inflamación de tobillos, pies y piernas. Si experimenta cualquiera de estos síntomas luego de ingerir laxantes que contienen fosfato sódico, usted debe procurar atención médica inmediata.
Si tiene alguna inquietud acerca del uso de los productos, en particular en niños pequeños, consulte primero con su profesional de la salud, recomienda Khurana.